Saber perder el tiempo
Una afirmación dice: hay que saber perder el tiempo.
Indudablemente que hoy se pierde el tiempo, y eso es algo paradójico en nuestros días en los que todo el mundo está apurado, todo el mundo saturado de ocupaciones y obligaciones sociales, personales y de trabajo.
Sin embargo, ¡cuánto tiempo se pierde inútilmente!
De todos modos, deseo hablarte de un modo de saber perder el tiempo, de un modo de perder el tiempo, pero no inútilmente, sino muy eficazmente.
¿Sabes cuál es? Escuchar al que viene a nosotros exponiendo su problema, y que viene a nosotros precisamente en el instante menos apropiado para nosotros, o cuando nosotros nos encontrábamos precisamente menos dispuestos anímicamente.
El que viene a nosotros para desahogarse de algo que interiormente le tortura, de algo que le oprime; el que quiere volcar su pena en nosotros, porque ya sus fuerzas desfallecen y precisa que alguien le dé una palabra de aliento; el que va buscando un consejo para saber obrar en determinada circunstancia; el que necesita saber si va bien por tal o cual camino, y cien y mil casos más ... todos esos prójimos nuestros tienen derecho a que nosotros los escuchemos, perdamos el tiempo con ellos, aún a costa de algunas ocupaciones nuestras que pueden esperar, y aún a costa de que se aumente en nosotros la carga emocional que ya pesaba sobre nuestra conciencia por los asuntos personales o del hogar.
¡Qué poco cuesta hacer el bien cuando uno se lo propone!
Con más frecuencia nos angustia el mal que hacemos y, en cambio, poco nos preocupamos por el bien que no hacemos.
Sin embargo, no sabe cuánto bien hace el que no hace el mal; pero tampoco sabe cuánto mal hace el que no hace el bien.
Y cuánto bien dejamos de hacer, simplemente porque no nos lo proponemos. Es la actitud de los brazos cruzados, de los brazos caídos, es el echarse en la poltrona de la inacción.
Abre tu corazón al que sufre; escucha al que te quiere hablar; aconseja a quien acude a tí; comprende al que se desvía; acompaña al que sufre soledad.
¿Eso es perder tiempo? Sí, eso es perder magníficamente el tiempo, y perder magníficamente el tiempo es la mejor forma de aprovecharlo.
Alfonso Milagro
(Meditando la Vida)
Ese es el mejor tiempo perdido, seamos el faro, siempre prendido, para que todos nuestros hermanos, necesitados de nosotros no se pierdan en las tormentas de la vida, que lleguen a tierra firme, guiados por esa pequeña luz, que puede ser nuestra ayuda, nuestro consejo, nuestro aliento. Y a esos hermanos les digo: "No nos desanimemos, no bajemos los brazos, que el HOMBRE más grande del mundo, murió con los brazos abiertos, para abrazarnos a todos".
Besotes.
Gladys.
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